martes, 3 de marzo de 2009

Xicoteta història dels principis de falla a Ontinyent

Hem sembla molt curiós l'article que va ser publicat al periòdic d'Ontinyent de En Rafael A. Gandía Vidal sobre les falles al poble, en aquest article es conjugen alguns temes que m'agraden i com sé que també hi han seguidors d'aquest blog que els agrada la història d'Ontinyent, les falles, les festes de moros i cristians, tots els temes barrejats per donar llum a l'intent de fer falla que no va obtindre èxit. Aleshores la falla més veterana d'Ontinyent data de fa 36 anys, no sabiem que a l'any 1934 ja s'havia intentat fer falla. Vos transcribisc l'article baix el permís del seu autor:

LA FALLA DE LA SOCIEDAD DE FESTEROS
Rafael A. Gandía Vidal
Hace setenta y cinco años, en 1934, la Sociedad de Festeros, con el fin de imitar modestamente a la fiesta mayor de nuestra capital cuyo Ayuntamiento Republicano organizaba su semana fallera integrando a las distintas clases sociales y posturas ideológicas, proyectó la instalación de una falla y la organización de festejos cívicos con pasacalles y serenatas durante los días 19 y 20 de marzo para “fomentar la atracción de forasteros de los pueblos cercanos así como el movimiento comercial de la población y dar lugar al vecindario a que se expansione honesta y económicamente”.
El marinero Daniel Gil Casanova, en nombre de la sociedad que presidía, remitía el lunes 12 de febrero, un oficio unido al boceto de la falla a la Municipalidad regida por Francisco Mora Tormo, recabando la autorización correspondiente para poder instalar el monumento en “el ensanchamiento del tramo de la calle de Mayans comprendido entre los Casinos de Festeros y Republicano” junto a la prohibición del tránsito rodado desde la plazoleta de San Carlos a la plaza de la República desde las 9 de la noche del domingo 18 de marzo hasta el filo de la medianoche del martes día 20.
Analizada la petición en la reunión del Cabildo Municipal del 14 de ese mes de febrero, en la que el propio alcalde y los concejales Roberto Albert y Salvador Gil Martínez mostraron sus observaciones acerca de las molestias e inconvenientes que la interrupción del tráfico podría ocasionar a los vecinos que poblaban las calles adyacentes a la plazoleta de Latonda y los perjuicios que la “Cremà” podían causar en los edificios próximos y sobre todo en los cables eléctricos y telefónicos “que vuelan sobre dicha plaza”, se acordó por unanimidad acceder a lo solicitado exponiéndose al público, a través del tablón de anuncios de la Casa Consistorial y los correspondientes edictos, y hasta la próxima reunión del cabildo, la petición formulada, al objeto de recabar las reclamaciones que pudieran ser presentadas junto al informe técnico redactado por el arquitecto municipal, Camilo Grau Soler, acerca de los peligros que pudiesen sufrir los edificios así como las instalaciones. En caso favorable la Sociedad de Festeros quedaba obligada a reparar e indemnizar los daños y perjuicios que sobreviniesen del acto de la quema del monumento de madera y cartón quedando al margen de cualquier responsabilidad e indemnización el Ayuntamiento.
Transcurridas unas jornadas, el 20 de febrero, y sin que hubieran sido formulada reclamación alguna por parte de los vecinos, el arquitecto municipal emitía por escrito su informe en estos términos: “En vista de las dimensiones reducidísimas de la Plaza de Latonda, del número de líneas eléctricas y telefónicas existentes y la excesiva proximidad de los edificios, entre ellos tiendas en las que alguna de ellas como “El Siglo” contiene explosivos, entiendo que no debe autorizarse la quema referida falla por los peligros que podría causar”.
La certificación de Camilo Grau determinante para seguir proyectando la festividad en torno al fuego con su arte, belleza, fantasía, estruendo y algazara a pesar de la aceptación unánime de la municipalidad, obró la reunión extraordinaria de la Junta de Gobierno de la Sociedad de Festeros, el viernes 23 de ese mes de febrero acordando “desistir de la celebración de las Fiestas y plantación de una falla en los días 19 y 20 del próximo Marzo, por motivos relacionados con los intereses económicos de la Sociedad” y su posterior comunicación al Excmo. Ayuntamiento agradeciendo su interés al mismo tiempo que solicitaba la anulación de la petición, confirmada en la sesión del Cabildo Municipal desarrollada el miércoles 7 de marzo.
Aparcada la fiesta fallera, que a buen seguro hubiera contado en esta primera edición y en sus posteriores, con la respuesta de miles de personas tanto en la plazoleta de Latonda como en sus inmediaciones en el momento cumbre de su “cremà”, la Sociedad de Festeros siguió su loable misión de organización de los festejos con moros y cristianos en medio de aquel ambiente politizado y enrarecido en la que tomarían parte las huestes cristianas integradas por las comparsas de Estudiantes, Marineros, Contrabandistas, Labradores y Churros y las moravitas de Moros Marinos, Kábilas, Chanos, Moros Españoles y Berberiscos, quienes recibirían en la mañana del viernes antes del desfile de las bandas de música, una subvención municipal de 750 ptas. cada una.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Molt interessant este article sobre les falles.

Després de tot, podem continuar dient que la "nostra" falla és la més antiga del poble, no?

Anónimo dijo...

hola oscar, soc diego. Molt be, pensant en els seguidors de la historia del poble. Sí senyor, aixo esta molt be, fer reflexions sobre les nostres arrels i tradicions, que o se perguen.

jo tapoye borrell.
Salud.
Diego Ochoa